El 22 de octubre concluyó el curso virtual: Gobernanza ambiental en la Amazonía. Evaluación, análisis en perspectivas de casos de Brasil, Colombia y Perú.
En la apertura del webinar la realizó Andrea Baudoin. La docente del curso mencionó que la experiencia formativa ha realizado un giro importante al pasar de la descripción a la construcción de propuestas, a partir de la revisión de las herramientas sobre evaluación de la gobernanza amazónica.
En la sesión, Duvan Castro de Colombia, presentó la ponencia: “Danza y la gobernanza ambiental en los pueblos indígenas”, la misma destacó los rituales colectivos del pueblo asentados en el Chocó, Bajo San Juan. Muchas de las danzas del pueblo Wounaan Jemkhaa expresan su conocimiento sobre la vida de los animales y su derecho al territorio.
La boliviana Eliana Alba expuso alrededor de la “Gobernanza ambiental en zonas periurbanas”, planteó la importancia de pensar la administración de recursos en las urbes para evitar la segregación por una falta de ordenamiento territorial, una falta de sistemas de saneamiento y un buen manejo de residuos, aspectos que inciden en la vida de las familias que viven en zonas periurbanas de Cochabamba.

Esthefany Valencia presentó una ponencia titulada: “Madre de Dios: Análisis y crítica de la Gobernanza ambiental en el Perú, desde la mirada de una internacionalista”. La exposición mostró cómo los picos altos del precio del oro (24820,43) se incrementaron durante la pandemia (31/07/2020) y como éstos coinciden con los picos altos de tala de bosques (24.000 árboles) en Madre de Dios. También, hizo notar que los pueblos indígenas se pronuncian ante el extractivismo minero, pero sufren, al mismo tiempo, la criminalización de sus propuestas.
Hugo García del Perú propuso reflexionar sobre: “¿Otras epistemologías con posibles? Existe una colonialidad del poder, del saber y del ser impuesta desde del Norte y existe territorios que reclaman autonomía y del derecho al territorio. Por ello, existe un campo de lucha entre las formas de comprender la Amazonía que pesan en los términos prácticos de gobernanza, señaló.
Stephen Perz, sociólogo de la Universidad de Florida, comentó las exposiciones presentadas. Asentó que la gobernanza ambiental, si bien es un concepto occidental, puede reflexionarse, adaptarse o reemplazarse por otras ontologías relacionales que permitan una gestión sostenible y de larga data. Habló de la necesidad de ser más creativos para empujar procesos colaborativos con los gobiernos para hacer gobernanza ambiental, principalmente cuando la economía de un territorio se dinamizada alrededor de actividades ilegales que lo afectan.

Oscar Bazoberry, coordinador del IPDRS, planteó la importancia de los estudios comparados para comprender, anticipar, cambiar la perspectiva de cada actor. En el curso, esto fue posible gracias a la participación de estudiantes de distintos países. Además, agregó que el IPDRS se ha beneficiado de esta experiencia formativa en términos metodológicos, a través del estudio de una herramienta de evaluación de la gobernanza ambiental en la Amazonía. Igualmente, reforzó que la Amazonía no es una cosa aislada, que todos estamos obligados a contribuir en su sostenibilidad, que no podemos dejar este trabajo en las espaldas de unos más que de otros; no podemos esperar que los pueblos indígenas tengan todas las respuestas, porque se necesita de un tiempo histórico para producir estas respuestas y conceptos.
La moderación de este webinar contó con la coordinación con Angélica García y la despedida con Marliz Arteaga, ambas docentes del curso. Marliz manifestó su deseo de contar con otra versión actualizada del curso y agradeció la alianza: Universidad de Florida, Oxfam e Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica que dio lugar a esta experiencia de formación virtual.
Ver el webinar completo: https://fb.watch/8-BbAL3EU9/

Foto: IPDRS - Amazonía, Comunidad Sacrificio Irak
El viernes 22 de octubre el curso virtual “Gobernanza Ambiental en la Amazonía” presenta sus reflexiones más importantes a través algunas exposiciones regionales de las y los estudiantes, la participación de docentes del curso, el TCD y el IPDRS.
Eliana Alba de Bolivia, presentará la “Gobernanza en zonas periurbanas de Bolivia: Situación actual y perspectivas"; Duván Castro de Colombia, nos propone hablar sobre “Danza y Gobernanza Ambiental en los pueblos indígenas"; Esthefany Valencia del Perú, realizará la conferencia “Madre de Dios: Análisis y Crítica de la Gobernanza Ambiental en el Perú desde la mirada de una internacionalista"; Hugo García del Perú, expondrá algunas reflexiones alrededor de la pregunta " ¿Otras epistemologias son posibles?"
En la sesión participará el sociólogo Stephen Perz – Universidad de Florida – TCD, como cometarista, al igual que Oscar Bazoberry del IPDRS. El evento será moderado por Angélica García, también, acompañarán el evento Andrea Baudoin y Marliz Arteaga, gestoras de este curso.
La transmisión será realizada por: https://www.facebook.com/IPDRS

El curso virtual “Gobernanza ambiental en la Amazonía” contó con la contó con la participación de la líder Rosalba Velasco de la ACIN, Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca para el tema relaciona la gobernanza ambiental y los pueblos indígenas en Colombia.
La líder del pueblo nasa, del norte del Cauca de Colombia, compartió su experiencia de acompañamiento al movimiento indígena y la gestión territorial desde la perspectiva de la cultura y de las mujeres. Rosalba Velasco señaló que no es fácil para las mujeres, liderar procesos en las mismas organizaciones indígenas. La economista, se formó con el Movimiento Juvenil Álvaro Ulcúe, primer sacerdote nasa, quien trabajó por la recuperación de tierras y fue asesinado por terratenientes. Desde este espacio, junto con otras académicas indígenas, escribe sobre la participación política de mujeres y violencia sexual y la gestión territorial.
Este acercamiento a la Amazonía colombiana, fue trabajado sobre la base del documento Martha Rosero Peña, “Colombia: desafíos para la gobernanza ambiental de los pueblos indígenas”, del Grupo de Trabajo “Evaluando la gobernanza ambiental en la Amazonía” (AEGA). De acuerdo a la autora, la gobernanza ambiental amazónica en Colombia está marcada por la violencia política, por la falta de autoridad estatal en la región, por el avance de proyectos de infraestructura para la extracción de recursos insostenibles, por el autoritarismo estatal y por las diferentes ontologías de las organizaciones occidentales y los pueblos indígenas en Colombia que contrastan con las de la sociedad occidental.
Docentes y estudiantes del curso virtual hablaron de las ontologías del territorio para superar el antropocentrismo y las perspectivas dualistas en la gobernanza del territorio. También, mencionaron la necesidad de escuchar sobre los saberes ancestrales y pensar los proyectos de desarrollo desde las bases de pensamiento indígena.
Si quiere conocer un poco más a la líder, Rosalba Velasco, haga CLICK AQUÍ.

Fuente: Vista del río Madeira desde el espacio, observando de oeste a sudoeste desde la cuenca del Amazonas en Brasil hacia Bolivia. Imágenes provistas por Landsat que claramente muestran el grado de la inundación antes y después de la construcción de las represas de Santo Antônio y Jirau. Fotografía del Observatorio de la Tierra de la NASA. https://cutt.ly/vWhFnOu
Artículo de Cecilia Sanjinéz de Bolivia, ingeniera ambiental y docente universitaria. En el marco del curso virtual “Gobernanza ambiental en la Amazonía. Evaluación, análisis y perspectivas de casos en Bolivia, Brasil, Colombia y Perú (septiembre, 2021)
Las hidroeléctricas del complejo del Río Madera son cuatro y están dispuestas sobre territorio brasilero y boliviano, dos de las cuatro represas están construidas y funcionando.
Integración y desarrollo para otros. En el año 2000, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) firmó un acuerdo con 12 países de América del Sur, entre ellos Bolivia y Brasil, en el marco del proyecto Integración de Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA) que establece un presupuesto de 25.000.000.000 dólares (veinticinco mil millones) para el complejo hidroeléctrico del Río Madera, monto que será pagado por Bolivia y Brasil con intereses bancarios. Hay que mencionar que estos proyectos o planes de integración reciben el apoyo económico y político de grandes élites emergentes (Brasil, Rusia, India y China).
El proyecto está concebido como un sistema intermodal, término muy utilizado en el ámbito del trasporte de mercancía que refiere a la articulación entre diferentes modos de trasporte (tierra, fluvial, tren, etc.). Es una idea bastante atractiva desde una perspectiva global, pero en términos generales, no beneficia a las comunidades productoras sino a las grandes empresas de agroindustria y empresas que extraen recursos naturales y requieren de estas conexiones internacionales.
Según una publicación realizada por Mónica Vargas, Víctor Maeso y Pablo Reyero (2010) titulada “Complejo del Río Madera. Un caso de anticooperación española”, la Iniciativa para la Integración de las Infraestructuras Regionales Sudamericanas (IIRSA) surge de una propuesta común del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y fue presentada en el año 2000 durante la Reunión de Presidentes de América del Sur, en la ciudad de Brasilia en Brasil. Se presenta como una iniciativa multinacional, multisectorial y multidisciplinaria que contempla mecanismos de coordinación entre los gobiernos, las instituciones financieras multilaterales y el sector privado. Los bancos proponen prestar dinero para la construcción de dichas megahidroeléctricas y en unos años después los países van pagando lo adeudado, sin contemplar los impactos al medio ambiente, a las decenas de comunidades ribereñas afectadas y a los efectos sociales por la llegada de gente ajena a los territorios indígenas.
Los antecedentes. La idea de colocar una represa sobre el Río Madera, no es nueva. En 1971 el ministerio brasilero identificó al Río Madera como un buen candidato por su caudal. En 1985 también la Empresa Nacional de Electricidad de Bolivia realizó un estudio de diseño para la construcción de una central hidroeléctrica en Cachuela Esperanza, sobre el Río Beni. Hace veinte años o más, cuando no se conocía toda la riqueza ictiofaunística (peces) en los ríos, se pensaba que una corriente de agua generaba energía limpia, hoy en día se conocen todas las consecuencias, debido a los estudios por diferentes instituciones, investigadores independientes y desde distintas perspectivas, como el cambio de modo de vida en el área social; la reducción de peces migratorios en el área de la biología; degradación del bosque y producción de gases de efecto invernadero en el área ecológica; metilación del mercurio desde el área de la química; sedimentación y remanso en el área de la hidrología, y otros.
Conociendo el contexto ambiental. La subcuenca del Río Madera es la más grande en términos de superficie dentro de la cuenca del Río Amazonas, por su gran caudal ha sido seleccionado para instalar represas a fin de generar energía mediante la puesta de usinas, sin embargo, no se toma en cuenta las características propias de un río amazónico. Según una investigación realizada por Jorge Molina y el Instituto de Hidrología e Hidráulica de la Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia, el sedimento que arrastran la mayoría de los ríos amazónicos los hace desfavorables para proyectos con represas. Esto se puede evidenciar en el funcionamiento de la hidroeléctrica Jirao que a menos de cinco años de iniciar sus operaciones ya presentaba problemas en las usinas por la cantidad de sedimento. Otra característica es la amplia variedad de especies que alberga los ríos Madera y Beni, fauna endémica y fauna migratoria, que debería considerarse como un elemento en contra. Una investigación liderada por Lidema (Liga de Defensa del Medio Ambiente), menciona que el IIRSA comprende 10 ejes de integración vial-energética, y de los cuales seis incluye a Bolivia, y por sus impactos los de mayor riesgo son las represas de los ríos Madera y Beni, es decir las represas de Jirao, Santo Antonio, Cachuela Esperanza, Binacional en Riberao y Bala Chepete.
Hablemos de Santo Antonio. En diciembre de 2010, según la publicación Complejo del Río Madera, un caso de anticooperación española; el proyecto de Santo Antonio fue adjudicado al Consorcio MESA - Madeira Energía S.A. Las empresas constructoras y suministradoras de maquinaria que intervinieron de momento en Santo Antonio son: Odebrecht, Andrade Gutierrez, Alstom Hydro Energia Brasil, Bardella S.A. Indústrias Mecânicas, Areva Transmissão e Distribuição de Energia, Siemens Ltda, Va Tech Hydro Brasil Ltda., y Voith Siemens Hydro Power Generation Ltda.
Hablemos de Jirau. En lo que refiere a Jirau, el proyecto fue adjudicado en mayo de 2008 al consorcio Energia Sustentable de Brasil (ESBR), según la publicación Complejo Del Río Madera, un caso de anticooperación española; fue liderado por la transnacional francesa GDF- Suez (Suez Energy South America Participações Ltda.) (50.1%), conjuntamente con Eletrosul Centrais Elétricas S/A (20%), compañía Hidro Elétrica do São Francisco - Chesf (20%), y Camargo Corrêa Investimentos em Infra-Estrutura S/A (9,9%). Está a 130 kilómetros de la ciudad de Porto Velho, en un área de densa vegetación denominada “Isla del Padre”.
Hablemos de la binacional. La hidroeléctrica binacional (Ribeirão) se encuentra en un estado mucho menos avanzado. En abril de 2004, Odebrecht solicitó a la Superintendencia de Electricidad de Bolivia dos licencias provisionales para realizar estudios de factibilidad para la implementación de esta represa y de Cachuela Esperanza, según la publicación Complejo Del Río Madera, un caso de anticooperación española. La solicitud fue rechazada por la Superintendencia en base a los cuestionamientos sociales y ambientales emitidos desde diferentes instituciones bolivianas. Odebrecht interpuso, ese entonces, un recurso jerárquico que tampoco fue aceptado con lo cual ha agotado la vía administrativa y podría presentar un recurso judicial.
Hablemos de Cachuela Esperanza. En 2008 ENDE encargó a la empresa Tecsult – Aecom,la realización de un estudio de factibilidad y diseño final del proyecto hidroeléctrico por un monto de 8.2 millones de dólares. Los resultados proyectaron una potencia de 990 MW, un caudal de 8.900 m3/s, una inversión de 2.000 millones de dólares. En este aspecto hay que tomar en cuenta que la demanda máxima del Sistema Interconectado Nacional es de 1.000 MW a nivel nacional, y el consumo de las tres ciudades del Norte-Amazónico (Guayaramerín, Riberalta y Cobija), no supera los 20 MW. Por lo tanto, el proyecto solo es rentable en caso de vender la energía sobrante a Brasil.
Los impactos. En temas ecológicos, sociales y culturales, los impactos son impotantes si hablamos de represar un río con amplia variedad de vida.
Bufeos. Según una entrevista del periódico el Deber, al biólogo Paul Van Damme, director de Faunagua, indica que las represas hidroeléctricas generan tres impactos principales sobre los bufeos y sobre la fauna acuática en general: la fragmentación de poblaciones, la degradación de los hábitats acuáticos y alteraciones en la oferta alimenticia. El año 2012 el bufeo, fue declarado como Patrimonio Natural del Estado Plurinacional de Bolivia (Ley Nº 284/2012); y se reconoce las necesidades de protección y mayor comprensión del Bufeo boliviano en el Gobierno Departamental del Beni (Decreto Nº 28/08); también fue declarado como Patrimonio Natural y Símbolo de la Ciudad de la Santísima Trinidad (Ley Municipal Nº 12/2012). Es necesario mencionar que los bufeos que habitan en el rio Madera son especies endémicas, Inia geoffrensis en Brasil e Inia boliviensis en Bolivia, además que se encuentran en el libro rojo de especies en peligro de extinción.
Bancos de arena. Un impacto poco estudiado es el fenómeno que ocurre en los ríos por efectos del cambio de caudal, y es la formación de bancos de arena, los que sufren por estos cambios son los pescadores del lugar, que muchas veces encallas sus botes en estos bancos de arena.
Inundaciones. De acuerdo al libro “Bajo el Caudal” de Jorge Molina (y otros colaboradores), la construcción de una represa provoca la elevación de los niveles de agua con respecto a los niveles naturales y, como consecuencia, la disminución de la velocidad de flujo. Además de crear el embalse e inundar temporal o permanentemente áreas próximas al río, la elevación de niveles tiene múltiples efectos e impactos sobre el medio físico y biológico. En el mismo libro, sobre los estudios de sedimentación concluye que un efecto derivado de esta, es que los riesgos de desborde e inundación se incrementará con el tiempo, a medida que el sedimento se deposite en el lecho del río. Para evaluar esos riesgos y el área sujeta a inundación en el tramo binacional se necesita información topográfica detallada, que aún no está disponible. Un aspecto que resalta dentro de las conclusiones del libro de Molina, son las dos características hidrológico-hidrodinámicas: la gran variación temporal de los niveles de agua y la gran variación espacial de la velocidad de flujo. Esto se refiere a que el río presenta un régimen hidrológico monomodal, con una sola época húmeda y una época seca por año. La variación estacional de los caudales, entre 5000 m3/s (media del mes de septiembre) y 38000 m3/s (crecida media anual), combinada con las características morfológicas del río, provoca una gran variación de los niveles de agua máximo y mínimo anuales: entre 11 y 14 m en promedio, según el sitio. La diferencia entre máximos y mínimos extremos es generalmente mayor a los 16 m.
Gases de efecto invernadero. Un artículo de International Rivers, publicado en junio de 2020, titulado Represas Sucias, pone en evidencia los aportes al cambio climático por parte de las represa. En el artículo se menciona que el dióxido de carbono (CO2) se forma por la descomposición del carbono orgánico presente en el embalse. Las principales fuentes de este carbono son la vegetación y los suelos inundados al llenarse el embalse por primera vez, la materia orgánica transportada por el río (proveniente de ecosistemas naturales, granjas o aguas residuales de las ciudades), el plancton y las plantas acuáticas que crecen y mueren en el embalse, y la vegetación que crece en el suelo temporalmente expuesto durante periodos en los que el embalse se encuentra con poco agua. Los embalses absorben CO2 atmosférico mediante el proceso de fotosíntesis de las plantas acuáticas y el plancton, lo que en ocasiones puede superar las emisiones de CO2. Pero no solo es el anhídrido carbónico el único gas de efecto invernadero que produce una hidroeléctrica, el metano (CH4), un gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el CO2, está formado por bacterias que descomponen la materia orgánica de aguas con bajo contenido de oxígeno y de los sedimentos presentes en el fondo del embalse. La capa de agua que se encuentra en la parte más profunda de los embalses tropicales tiene cantidades reducidas de oxígeno. Una porción del metano se oxida convirtiéndose en CO2 al subir a la superficie de embalse. Los embalses tropicales con poca cantidad de agua en los que las burbujas tienen menos tiempo para oxidarse tienden a aportar las más altas emisiones de metano. El tercer GEI es el óxido nitroso (N2O) que es un potente gas de efecto invernadero formado por la ruptura bacteriana del nitrógeno. El artículo menciona que se han realizado solamente algunas mediciones cuantificando los flujos de óxido nitroso en los embalses. Se descubrió que las emisiones eran inferiores en las regiones boreales, pero significativas en los embalses tropicales debido a que el N2O es casi 300 veces más potente que el CO2. Tanto el metano como el óxido nitroso son considerables en lugares tropicales como la cuenca del Río Madera.
Metilación del mercurio. El metilmercurio, es una forma de mercurio extremadamente tóxica que tiende a bio-acumularse y bio-magnificarse a través de la cadena trófica acuática y llegar a las personas mediante el consumo de peces. En un estudio liderado por la WCS (Wildlife Conservation Society) en 2013, difundido en su documento de trabajo Nº16, escrita por Bruce Forsberg, indica que la dinámica del mercurio en los reservorios es de suma importancia, La vegetación terrestre luego de ser inundada por el reservorio muere e inmediatamente comienza a descomponerse, lo cual incrementa de manera significativa los niveles de COD (carbono orgánico disuelto) y disminuye los niveles de pH y oxígeno disuelto, exactamente lo contrario de lo que naturalmente sucedía en el río original. Estas condiciones generalmente derivan en un drástico aumento del metil mercurio, el cual va a acumularse gradualmente en la cadena trófica acuática. Es un gran tema de interés porque las comunidades ribereñas consideran al pescado como su mayor fuente de proteínas.
Peces migratorios. Según la publicación “Crónica de la extinción anunciada en Bolivia”, de la ONG Faunagua, el pez dorado o plateado (gi/ded catfish; Brachyp/atystoma rousseauxii) migra aproximadamente 4000 km a lo largo de su ciclo de vida, utilizando toda la cuenca amazónica. Nace en las cabeceras de los ríos amazónicos en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Las larvas derivan hasta la desembocadura del Río Amazonas, donde se alimentan y crecen durante dos años. Una vez que llegan a tener aproximadamente cinco kg, inician la migración río arriba para retornar a la cabecera donde nacieron, para reproducirse y de esta manera completar su ciclo. Es decir que debido a las hidroeléctricas puestas sobre el Río Madera, podemos afirmar que en un tiempo no estimado esta especie desaparecerá. Este estudio muestra los números referidos a un pez en específico, pero no es la única especie migratoria del rio Madera.
Como se había mencionado al principio, debido a las características del Río Beni, que aporta mucho sedimento al Río Madera, el buen funcionamiento de las usinas se ven afectadas, por lo que la vida útil de semejantes equipos se ven minimizadas y el gasto de inversión no compensa las perdidas. Los objetivos de integración vial-energética, vienen muy ligados a la producción de agrocombustible y al agronegocio (agronomía basada en monocultivo, producción transgénicas y con imsumos químicos), aspectos que maximizan los efectos negativos primarios. Los impactos del complejo hidroeléctrico del Río Madera, son bastantes y en su mayoría negativos, en este artículo solo se ha mencionado algunos, otros de consideración son los sociales y culturales, el desplazamiento de comunidades, la pérdida de sembradíos, la deforestación debido a la accesibilidad y otros.